«Entre la escalada y la contención»
Después del ataque de Irán al territorio israelí – la primera vez que lo hace – sin provocar víctimas mortales en la madrugada del pasado domingo, día 14, daba la impresión de que se había equilibrado la disuasión entre Israel e Irán. Sin embargo, el ataque con drones israelíes contra varios objetivos en Irán, el 19, viernes, también sin muertes, a la localidad de Isfahán, muy cerca de la mayor central nuclear de Irán, la de Natanz, indica que para Israel el nivel de disuasión no era el adecuado y necesitaba ejercer una respuesta, pero medida cuidadosamente.
No hay duda de que las operaciones militares de ambos actores se sustentan en una estudiada ambigüedad calculada. En esta línea hay que situar las declaraciones del ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en una entrevista con tres emisoras rusas, manifestando que, después de hablar con Teherán, Irán no quiere una escalada del conflicto.
De la misma manera, la presentadora de uno de los más importantes medios de radiodifusión iraníes, afirmaba el citado viernes que “todas las instalaciones nucleares y centros militares de Isfahán y de todas las partes del país se encuentran en completa seguridad y no se ha producido ningún incidente en estas instalaciones y centros”. Lo que suponía que las autoridades iraníes habían negado el ataque israelí, para no considerarse obligadas, ante su pueblo, a llevar a cabo una respuesta.
Lo cierto es que las fricciones se están produciendo previas al umbral del conflicto lo que permite que puedan ser dominadas. Los dos principales rivales geopolíticos de Oriente Medio están mostrando sus fuerzas y capacidades junto con su voluntad política para utilizarlas, elementos fundamentales para ejercer una disuasión creíble con independencia de la que pueden desempeñar otros actores ajenos a dicho escenario pero que tienen intereses en el mismo como pueden ser Estados Unidos, China, Rusia, la Unión Europea, el Reino Unido o Francia.
Pero este aparente equilibrio estratégico en el teatro de operaciones del Creciente Fértil es falso ya que Irán continúa efectuando operaciones militares contra Israel en varios frentes a través de sus proxis como Hamás en Gaza, la OLP en Cisjordania, Hezbollah en Libano, los huties de Yemen, o las milicias proiraníes de Siria e Irak. Por ello, es preciso que Israel continúe con sus actividades militares para contrarrestar las citadas operaciones bélicas de los proxis proiraníes citados.
En este sentido se puede considerar la explosión que ha sacudido el pasado sábado de madrugada una base militar al sur de Bagdad, utilizada por las Fuerzas Populares de Movilización de Irak (PMF), un grupo de facciones armadas afines a Irán que está integrado en las fuerzas armadas iraquíes. El Ejército de Irak iraquí ha confirmado la muerte de un militar que se entiende que es iraquí. Las PMF han participado en ataques contra fuerzas estadounidenses presentes en Irak desde el comienzo de la guerra en Gaza.
Se puede estimar que ambos países han conseguido, inicialmente, sus objetivos estratégicos. Por un lado, Irán ha atacado directamente a Israel como represalia a la muerte de los 7 militares iraníes, el 1º de abril, entre los cuales se encontraba el general Mohamed Reza Zahedi, jefe de las Fuerzas Quds de la Guardia Revolucionaria iraní en Libano y Siria.
En el horizonte estratégico militar el ataque iraní ha sido una victoria ya que ha demostrado, esencialmente, tres semblantes importantes: el primero, su capacidad militar operacional para atacar el territorio de su gran rival; el segundo, su prestigio ante la comunidad internacional como un actor estratégico importante en Oriente Medio, y tercero, su voluntad ante su pueblo y ante los actores regionales de agredir a su principal adversario cuando lo estime oportuno.
Por otro lado, Israel ha demostrado que dispone de las capacidades militares necesarias y suficientes para defenderse con éxito ante los ataques de su tradicional enemigo. Rechazar el 99% de los cerca de 350 misiles y drones iraníes no pudiendo atravesar las tres capas del sistema de defensa aérea israelí, indica la robustez y eficiencia de dicho sistema. Si a este éxito se añade el ataque incruento y moderado del día 19, planeado con rigurosidad y ejecutado con precisión quirúrgica, pueda asumir que la disuasión ejercida es acertada.
Ahora la pregunta que se hace la comunidad internacional es la siguiente: ¿en este momento estamos en una transición entre escalada y contención? ¿Se puede considerar que Israel se debe sentir satisfecho después del éxito indudable de su defensa militar o tiene la intención de lanzar un ataque en Irán al objeto de que, en su opinión, su capacidad de disuasión ha quedado debilitada y desequilibrada frente a Irán
Restablecida, de momento, la disuasión con Irán, donde ambos países han demostrado al enemigo y a sus ciudadanos que tienen las capacidades para responder adecuadamente, al mismo tiempo que han mostrado a la comunidad internacional que están dispuestas a ejercer la contención que se les ha exigido para evitar un conflicto regional, Israel se siente libre para continuar con la guerra en Gaza preparando el ataque a Rafah que tenía previsto.
Pero la operación de ataque a Rafah, la ciudad más meridional de la Franja de Gaza, donde hay 1,4 millones de personas y donde se supone que se encuentran los líderes de Hamás y los 133 rehenes, encierra una gran complejidad político-estratégica y estratégico-operacional. Antes de nada, es preciso evacuar a toda la población a otras zonas aún no definidas lo que llevará varias semanas. Una vez hecha la evacuación civil, es preciso realizar una ofensiva militar contra los combatientes de Hamás, entre los cuales se encuentra su líder en Gaza, Yahya Sinwar.
Toda la comunidad internacional y su principal aliado, Estados Unidos, están presionando a Netanyahu para que no haga dicho ataque y que de paso a las negociaciones. Estados Unidos ha impuesto nuevas sanciones a Irán y a su industria de drones. La UE y el Reino Unido también han incrementado las sanciones a Irán. Sanciones que está pidiendo continuamente Israel.
Estas posibles operaciones de Israel contra Rafah debieran ser comedidas y moderadas, sujetas a unas condiciones de ejecución que sean racionales y respetuosas con el derecho internacional humanitario, así como coherentes, congruentes y conformes con el contenido de la Resolución 2728 de alto el fuego del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, del pasado 25 de marzo.
En definitiva, hoy estamos en una situación estratégica de contención, Israel en su enfrentamiento con Irán, ha optado por una respuesta contenida en su manteniendo de una disuasión equilibrada y se ha evitado la escalada. Es la misma línea de respuesta que Israel debiera seguir en Rafah al objeto de alcanzar una solución lógica y creíble que satisfaga el cumplimiento de los objetivos que se marcó al comienzo de la guerra. No será fácil, pero si es posible.
Un desenlace razonable a este conflicto, utilizando la lógica de la paz, pudiera ser la devolución de todos los rehenes y la retirada total de Hamás de Gaza a cambio de la solución de los dos Estados, junto con la creación de Palestina como Estado democrático, mediante la celebración de elecciones reguladas por la comunidad internacional. ¿Aceptarían Netanyahu y Hamás este camino?