Veranos en Torre Varadero
GEOES21, 28 de Julio de 2024
La Verdad Cartagena, Tomás Martínez Pagán
Esta semana que finiquitamos hoy ha sido extraordinaria en la Trimilenaria por la cantidad de actividades y proyectos desarrollados para el crecimiento del municipio e incluso de la comarca.
Sin ir más lejos y gracias a las buenas gestiones realizadas la alcaldesa Noelia Arroyo presentó ante doscientos invitados el Centro de Capacitación Industrial, Naval, Náutico y de Transformación Tecnológica de Cartagena que con una aportación del $obierno regional de 5,5 millones de euros va a iniciar su primera fase.
Pero no todo termina ahí. Si Cartagena en el deporte está triunfando con su club de baloncesto Odilo FG Cartagena GBN en fútbol sala con Jimbee F.S. y en fútbol con la Deportiva Minera y con el Dolorense en la Sub 23, también avanzamos en las inversiones empresariales en el sector industrial y de desarrollo.
Impulso a la industria
El gobierno central invertirá 55 millones en el hidrógeno verde en Repsol, el AVE que se acerca por Torre Pacheco con 178 millones y el Pórtico del Teatro Romano también recibe fondos. En definitiva los dioses de nuestras fiestas históricas se conjuran en hacer grande nuestra Trimilenaria.
En turismo también soplan muy buenos vientos. El pasado jueves se inauguró el Hotel Cetina Gabo de Palos Puerto propiedad de la familia Martínez Nieto al igual que su exquisito restaurante Amura y como dijo en su bendición el sacerdote don Francisco: «Gracias a Dios existen empresarios honrados que arriesgan su dinero y ponen su energía para avanzar hacia una sociedad más próspera».
También hemos celebrado una gran efeméride en nuestra ciudad con la conmemoración el pasado viernes del 151 aniversario de la sublevación cantonal uno de los momentos más importantes que ha vivido la Trimilenaria en toda su historia. Fue iniciativa del cronista oficial de Cartagena Luis Miguel Pérez Adán y del portavoz de MC, Jesús Giménez Gallo, que se lo trasladaron al gobierno local y lo consideró como acto institucional.
Bien venida al verano
Así el Ayuntamiento izó la bandera cantonal y hubo un extraordinario concierto en la Plaza San Francisco ofrecido por la Unión Musical Cartagonova que fue presentado por el cronista. Entre pasodobles, marchas e himnos y con las pinceladas sobre lo acontecido en aquella fecha que contó Pérez Adán con su forma tan natural de comunicar se convirtió en un acto de tan alto nivel que debe de pasar a formar parte de las actividades emblemáticas que se realizan en Cartagena y que perduran en el tiempo.
Y desde la Trimilenaria vine hasta La Manga donde con la peña veraniega Torre Varadero pasamos todos un gran día dando una bienvenida muy particular al verano. Nos recordó Lola aquellos tiempos en que La Manga era un paraíso casi virgen: Julio Iglesias cantaba «La vida sigue igual» Los Brincos brindaban con Un sorbito de champán y Concha Velasco se proclamaba «Chica ye-ye».
Corría el año 1966 cuando el arquitecto Joaquín Sebares proyectó al inicio de La Manga uno de los edificios más altos y emblemáticos de la zona bautizado como Torre Varadero. Un majestuoso rascacielos de veinte plantas y de color blanco que da la bienvenida a quien llega a tan singulares playas. Sus apartamentos desde los cuales se puede disfrutar de vistas a los dos mares fueron ocupados por matrimonios jóvenes con hijos casi recién nacidos. Aquel gran edificio se convirtió sobre todo en verano en un pequeño pueblo con ochenta familias. Todos se conocían y en el mismo acontecían infinidad de historias. Y aunque lo que ocurría en Torre Varadero se quedaba allí algunas de ellas son para contarlas como la que relató este domingo que está basada en una amistad de altura como el propio edificio.
Muchos de esos niños de chupete de los que hablaba fueron el germen de un grupo de amigos cuyo nexo en común fue su relación con la Torre donde pasaban sus entonces largos veraneos. Ellos han sido la semilla de la peña Torre Varadero porque fueron creciendo y verano tras verano pasaron de hacer castillos en la arena a formar sus propias pandillas montar las primeras barbacoas en la playa estudiar en la universidad y comenzar a trabajar.
Aquellos niños ya crecidos han continuado en la misma Torre con sus propias familias ya creadas. Fueron sus hijos los que reforzaron su unión fusionándose las pandillas y formándose un grupo con hermanos y amigos desde la infancia hasta la juventud. Lo que podría ser una tortura como bajar diariamente a la placita con los niños se convirtió, de hecho en uno de los mejores momentos del día tanto que los bancos se que daban pequeños.
Aquel extraordinario grupo que se inició con María y Cristina Fernández, Maripol, Eduardo y Raquel Font, Andrés Contreras, Belén García, Vicente López, María José, Mariano Martín, todos fundadores de la peña continúan pasando sus veranos entre los baños de la playa y las cervezas de Juanito en su Bar Caribe. Quintos fríos con las típicas tapas desde hace años con aquellos platos ovalados con cinco rodajas de exquisitos calamares a la romana con picos, también la ensaladilla rusa con tres colines pinchados en el centro, exquisito el plato con cinco boquerones con vinagre en buen aceite y ajo laminado y rodaja de pan para mojar y, quinto va y quinto viene, tomándose a morro. Ahora les llaman quintos pero empezaron llamándose biberones de nuestra cerveza cartagenera El Azor.
Se incorporaron poco a poco nuevos amigos como Lola García de Cabo de Palos que, dando un gran paseo por la playa, es asidua a las cervezas de Juanito, al igual que Willi y Pepa, Pepe Nieto y Mercedes. A este grupo les une la amistad, el cariño y respeto surgido a lo largo de tantos años. La peña disfruta a lo largo de todo el año de encuentros gastronómicos diversos pero cada verano hay una reunión muy especial. La generosidad de los perfectos anfitriones.
Anfitriones de diez
Domingo y Lola en su residencia del Áncora hacen que sea un día inolvidable. Fue un gran festín gastronómico que preparó Domingo con esmero. Les cuento de principio a final tan singular encuentro protagonizado por producto que el sirve: bien venida con corte de ibérico de Guijuelo regado con Manzanilla, Jerez y Moriles, pan tostado y buen tomate viruta a viruta hasta llegar al hueso.
Ensalada de pipirrana estilo Andreu, con pan de masa para cubrir de esa mezcolanza y disfrutarla con albariño de Mar de Frades de Finca Valiñas y Godello. Continuamos con ensadada de pimientos con tomates y olivas de cuquillo y buen aceite. El plato principal fue una fabada con su buen compango y regada con Ramón Bilbao edición limitada. El postre fue una sandía de cinco kilos de El Ensueño además de arroz con leche y flan casero.
Terminamos con unos orujos fríos de El Afilador, piscina y tertulia sobre la situación de la Trimilenaria. Y como la buena vida comienza al atardecer, Lola nos sorprendió con una olla de michirones con patatas, mojete cartagenero y patatas de la Puebla con alioli hecho a muñequilla. regado todo con un Ribera del Duero, Cruz de Alba. Unos asiáticos de Licor 43 que dieron por finalizado tan singular encuentro manguero. Y termino con algo muy cierto: «La gente que te falló o se portó mal contigo siempre va a pensar que tus publicaciones son indirectas para ellos. La conciencia no miente nunca». Así es.