Instalación de dos nuevas inscripciones en la Puerta Principal del Arsenal de Cartagena
Construida entre 1750 y 1760, constituye uno de los principales símbolos de la ciudad
El pasado mes de septiembre finalizaron los trabajos de adecuación y mejora en la Puerta Principal del Arsenal, que han incluido la colocación de distintas inscripciones conmemorativas para dar realce a esta obra arquitectónica que es el vivo reflejo de la historia de Cartagena, especialmente en la época de la ilustración.
Concretamente se han emplazado dos nuevas inscripciones, una en el interior del Arsenal, con un artículo de las Reales Ordenanzas (RROO) para la Armada, sobre los usos y costumbres militares, y otra, a la derecha de la Puerta Principal con unas letras rotuladas en latín original y su traducción que fue la que el Rey Fernando VI ordenó que se instalase en 1750 para dar realce al Arsenal.
La inscripción con el artículo de las RROO de las Fuerzas Armadas tiene el siguiente texto: “La corrección en el saludo y en la uniformidad, el tratamiento debido y la cortesía en las relaciones entre los militares constituyen testimonio de mutuo respeto y de formación castrense, que han de ser practicados y exigidos con exactitud”.
La inscripción con el texto de 1750 recoge lo siguiente: “Por orden y generosidad del rey católico de las Españas Fernando VI, el puerto otrora famosísimo, pero muy deteriorado por el paso del tiempo, ha sido restaurado, realizadas nuevas obras, y asimismo construido este arsenal muy esplendorosamente para devolverle una posición más segura a las embarcaciones de interés público, por la grandeza del Reino. Año del señor de 1750”.
Esta nueva inscripción se une a la de los versos de Calderón de la Barca, extracto de su poema, el soldado español de los Tercios, que son un compendio de virtudes, derechos y deberes del militar, escritos con la brillantez propia de del siglo XVII.
La construcción del Arsenal, encargada al ingeniero militar Sebastián Feringán, que abarcó desde 1731 hasta 1782, bajo el reinado de Felipe V, Fernando VI y acabando con Carlos III en el trono de España, contó con la orden de construir una Puerta Principal en el lugar de mejor vista. Esta puerta no contó con la actual torre, rematada por su reloj hasta la segunda mitad del siglo XIX.