Acerca de las desaparecidas placas originales de la puerta del Arsenal de Cartagena
Geoes21.-Opinión.-Culturilla Naval.-Diego Quevedo.-LO.-Cartagena, 19 de Septiembre de 2024
Durante el reinado de S.M. el Rey Felipe V, se ordenaría lo que se dio en llamar la «organización naval de España», que entre otras novedades determinaría dividir el litoral en tres departamentos marítimos, y cada uno estaría provisto de un Arsenal. Cartagena, como es sabido, sería designada cabecera del originalmente llamado «Departamento Marítimo de Levante», confiándose la magna obra de su Arsenal al ingeniero militar Sebastián Feringán.
Una vez diseñados los planos, el 2 de mayo de 1731 se presentan a la población real y pocos días después, el 13 de junio, el rey Felipe V estampa su firma al pie del proyecto, dando luz verde para la construcción del mismo, y tras el lento proceso de acopio de los primeros materiales, se dió oficialmente a las obras el 20 de febrero del año siguiente, 1732. Para su construcción se emplearía gran cantidad de presidiarios y esclavos que más tarde contribuirían a la construcción de los buques y fortificaciones de la ciudad, pero esa es otra historia, que otro día traeremos a estas líneas. En esta entrega nos centramos en algo concreto, la pareja de placas de mármol que coronaban los dinteles de las puertas laterales de acceso.
Así, al realizarse el proyecto para la construcción del Arsenal, se contempló entre otras cosas que el recinto «se comunicará con la ciudad a través de una puerta con triple arco». Próxima la finalización de las obras, corriendo 1750, sobre los arcos de las puertas laterales se pensó en poner unas placas de mármol con una leyenda, algo muy usual en la época, para lo cual parece ser que el ingeniero responsable de la construcción, envió tres textos diferentes al Rey, con el fin de que S.M. Fernando VI, escogiese uno, pero los tres fueron rechazados, enviando a su vez el Rey el que determinaría que se pusiese, y por supuesto así se hizo.
FOTO….Puerta del Arsenal de Cartagena, años 20 del pasado siglo, donde se aprecian perfectamente las placas de mármol que coronaban las dos puertas laterales de acceso al recinto
Dicha inscripción contemplaba una docena de renglones, que divididos entre las dos placas, (cada una de ellas sobre cada puerta lateral), a razón de media docena de renglones en cada una, venían a decir lo siguiente: