Primer contrato del acuerdo de 110 millones entre Armada y Navantia: 3,8 millones para varadas

Geoes21.-Industria.-Navantia varadas.-Cartagena Plaza.-Diego Sánchez.-Cartagena, 1 de Julio de 2025
La Armada Española acaba de adjudicar a Navantia el primero de los encargos previstos en un ambicioso Acuerdo Marco para el mantenimiento y tratamiento de superficie de sus buques. La cifra exacta de este primer paso: 3.872.500 euros. La fecha límite: 30 de Noviembre de 2025…o antes, si se agota el dinero.
Puede parecer otro trámite más en el engranaje del Estado. Pero no lo es. Este acuerdo, valorado en su conjunto en 110 millones de euros, no solo garantiza que la flota naval siga navegando en condiciones óptimas. En realidad, también es un salvavidas -y no solo para los barcos- que asegura carga de trabajo, conocimiento técnico y músculo industrial para una de las empresas clave en la defensa española.
Hablar de varadas puede sonar rutinario, pero nada más lejos. Sacar un buque del agua es una operación delicada, casi quirúrgica. Implica estudiar con precisión milimétrica su estructura, cómo se reparten los pesos, los puntos de presión…todo para que el gigante no sufra daños mientras reposa en seco. Una mala decisión aquí no se arregla con una mano de pintura.
Durante la varada, se inspeccionan los cascos, se limpian las carenas, se reparan los sistemas y se aplican tratamientos anticorrosión. Es el equivalente a llevar un Fórmula 1 al taller: necesitas al mejor equipo, las mejores herramientas y, sobre todo, saber exactamente cómo está construido.
Y es que no vale cualquier astillero. La Armada lo tiene claro: solo Navantia cumple con el perfil técnico, legal y estratégico necesario. Al fin y al cabo, es la empresa que diseñó y construyó buena parte de los buques que ahora necesita revisar. Conoce sus entrañas mejor que nadie y, además posee la documentación, planos y propiedad intelectual que le dan una ventaja imposible de replicar.
Lo que se juega aquí también es soberanía industrial. La verdad es que, sin una empresa como Navantia, con su red de diques y talleres preparados para atender a los buques más complejos, España dependería -y mucho- del exterior para mantener su flota.
Y eso, en un mundo cada vez más incierto, se ha vuelto un lujo que ningún país serio puede permitirse. Así lo reconoce el propio Ministerio de Defensa, que en los documentos del contrato subraya la necesidad de preservar infraestructuras y capacidades «críticas», esas que no se improvisan ni se compran de hoy para mañana.
Con esta adjudicación, Navantia asegura una inyección de actividad que permite mantener vivos sus centros, su personal y, sobre todo, ese conocimiento acumulado que tantas veces queda en el limbo cuando se interrumpen los encargos.´
El contrato ha sido gestionado por la Dirección de Gestión Económica de la Jefatura de Apoyo Logístico de la Armada, con sede en Madrid. No hay fondos europeos detrás, solo compromiso institucional con una industria que no puede pararse.
 Porque mantener un buque a punto es mucho más que revisarlo cada cierto tiempo. Es garantizar que, llegado el momento, estará donde tiene que estar, con sus sistemas operativos, sus sensores afinados y su casco limpio. Y también que, detrás, hay un país capaz de cuidarlo sin pedir favores.

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