Cultivar la vida social beneficia la salud

Geoes21.-Opinión.-Tomás García Pagán.-Cartagena, 11 de mayo de 2025

En la era de la hiperconectividad social, la paradoja es que muchas personas se sienten cada vez más aisladas. Frente a este problema, reforzar los vínculos sociales es bueno para nuestra salud pero requiere dedicación y constancia. Mantener una vida social activa reduce el riesgo de sufrir depresión y mejora las capacidades cognitivas. Los vínculos sociales hacen que revitalicemos nuestro cerebro y seamos más felices. A menudo decimos esa frase recurrente de «a ver si quedamos» pero no encontramos el momento de ver a personas que nos importan. No se trata tanto de cantidad como de calidad. Igual que una planta muere si no la cuidamos, nuestros vínculos sociales se marchitan o desaparecen si no los cultivamos. De la misma manera que cuidamos nuestra alimentación y nuestro cuerpo con ejercicio físico ¿por qué no entrenamos para estar en buena forma social?

Esto es lo que nos comentaba el Doctor Rubio sobre un informe de la Fundación Maragall mientras tomábamos café, en compañía de unos buenos amigos, en la Cafetería Espacio del Parque Tecnológico de Fuente Álamo.  Unas tostadas de buen pan con una textura crujiente, su dorado por el calor seco, su chorrito de aceite puro de oliva bien impregnado y, acompañadas de un buen café en taza, nos permitió entrar en tertulia con el ingeniero Natalio y el concejal de Fuente Álamo Agustín Sánchez sobre el tema de ‘La Esencia’.

Comentaba que, cuando uno hace todo desde el amor, siempre gana. Puede que sufras, que te usen, que no te valoren y hasta que te critiquen pero, tú, siempre ganas. Porque todo aquello que hacemos de corazón no está demás y no resulta en vano ya que, tarde o temprano, la vida nos lo devuelve multiplicado. Ser como uno verdaderamente es no es un error sino una bendición, le pese a quien le pese. Y, aunque todo pasa, de todas las lecciones que la vida te va enseñando hay una que te marca para siempre: «el dolor es temporal pero la fortaleza que se gana es eterna». Cada caída es una oportunidad para levantarse más fuerte y, aunque las heridas dejan cicatrices, también dejan sabiduría y resistencia.

Una vez terminado el desayuno, me fui con mi buen amigo Agustín Sánchez. Él es fundador, presidente y concejal desde el 2007 de CIFA: Ciudadanos Villa de Fuente Álamo. Un partido del pueblo con autonomía e identidad propia al servicio de los vecinos de la villa y en el que, en los últimos cinco congresos, Agustín ha sido elegido por unanimidad de sus ejecutivas. Su carrera profesional la ha desarrollado en distintas compañías con una dilatada trayectoria. Hay que destacar de su currículum que ha sido técnico en Emergencias Sanitarias, técnico en Comercio Internacional, experto en Protocolo y Comunicación Internacional y director de Recursos Humanos. Además desarrolla muchas actividades, entre las que sobresalen las referentes al voluntariado y obra social con los desfavorecidos.

Me invitó a recorrer su querido pueblo, en el que está contribuyendo para que se mantengan las viejas tradiciones y las costumbres de las épocas que han dejado un legado histórico imborrable para las nuevas generaciones. Por ello, realiza políticas constructivas con la ilusión de ayudar a mejorar el bienestar y la vida de los ‘fuentealameros’.Al adentrarnos en la villa me comentaba Agustín que, en 1463, ‘la fuente del álamo’ era una disputa de límites entre Cartagena y Lorca. A este paraje con nacimiento de agua acudía el ganado que pastaba en la zona y servía de residencia temporal a los ganaderos que traían sus reses en invierno desde el centro de la península. Sobre la fuente se encontraba el mojón que limitaba los términos de Murcia, Cartagena y Lorca y que coincidían, con toda seguridad, con los marcados por Alfonso X en 1254 al conceder a Cartagena su concejo. Visitamos el monolito donde se encontraba el mojón y también fuimos a conocer el Aljibón de Corverica. Data del siglo XIX, siendo el aljibe más grande de la Región – con una capacidad de 984 metros cúbicos – donde tiene su sede el Museo del Agua. En él se pueden ver todo tipo de utensilios relacionados con el agua y la importancia que ha tenido en la historia del campo de Fuente Álamo.

Agustín Sánchez nació en Cuevas de Reyllo de donde también es vecino Mariano García ‘La Moto’ atleta que, en el 2022, se alzó con la medalla de oro en el Campeonato Mundial de Atletismo en Pista Cubierta y, también, con la de oro en el Campeonato Europeo de Atletismo en la categoría de 800 metros de pista cubierta. Llegamos a la bodega centenaria de Antonio ‘El Rojo’ situada en su pueblo natal. En el reservado, tomamos unos vinos con embutidos artesanos acompañados de pan de masa madre, elaborado a la antigua usanza en horno de leña por la panadería ‘Dominguete’ que atesora ya su quinta generación.

Desde 2007 el concejal Sánchez contribuye a diario en el consistorio para que se mantengan  las viejas tradiciones y las costumbres de aquella época que nos ha dejado un legado histórico imborrable. Le encanta leer historia del Imperio Romano y pronunciar «cuanto mayor es la dificultad, mayor es la Gloria», una frase inmortal. Fue futbolista en el antiguo Repesa, en El Naval y, en categoría regional, en el Cuevas de Reyllo. Es aficionado del Real Madrid y socio de nuestro Efesé. Le encanta caminar por la vía verde contemplando los campos, los atardeceres y los rincones de su querida tierra.

Agustín, como buen gourmet, quiso que termináramos la jornada donde la empezamos, en el Restaurante Espacio de Pedro Martos. Allí, junto a un grupo de buenos amigos, compartimos un menú en el ‘Salón Martos’. Como el aperitivo es la inauguración del mediodía alrededor de una mesa, en este preámbulo de la comida Pedro preparó unas tostas de pan de Dominguete con  queso de cabra y cebolla caramelizada con huevos de codorniz. Otras de pan tostado con tomate y virutas de ibérico y una de salmón con aguacate y finas lonchas de queso fresco. Después pasamos a unas lonchas de mojama de buen tamaño con tomate raf y golpe de aceite y, posteriormente, vino un corte de jamón Duroc en finas lonchas con queso curado de oveja y almendras marconas de Campo Nubla recién fritas. Una extraordinaria ensalada de alcachofas, espárragos, lechuga, tomate y aceitunas acompañadas de lascas de caballa y bonito limpio con aceite de oliva dio paso a un calamar de potera a la andaluza.

Terminamos con unos chuletones de ternera Avileña Negra acompañando unas patatas a lo pobre y unos pimientos del piquillo caramelizados. Todo regado con un vino tinto Carmelo Rodero TSM de Ribera del Duero. Una fuente de frutas de seis sabores y unos asiáticos cerraron el menú. Termino con esta reflexión: «Reconocer es una palabra tan importante que se escribe igual al derecho que al revés». Anótenlo.

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